Hace varios
días sorprendí una conversación entre mis hijos, 4 y 8 años. Sólo
escuché cuando el pequeño decía a la grande “Papá Dios, protégeme”.
Inmediatamente me detuve y sin hacer ruido alguno me acerqué para saber de qué
se trataba esta conversación de la cual solo había oído esta hermosa frase.
Su hermana le dijo, por qué me dices eso? Y él le
respondió: tú me dijiste que anoche mientras dormías, habías tenido miedo. Yo,
cuando tengo miedo le pido a papá Dios que me proteja. Solo tienes que decirle “Papá
Dios protégeme”.
Días antes, él había venido en medio de la noche a mi habitación
diciéndome “mamá, tengo miedo”. Yo solo le dije “pídele a papá Dios que te
proteja y el miedo se va”.
Nos pasamos el tiempo repitiendo las cosas a nuestros
hijos, una y mil veces. Hasta llegamos a pensar, pero cuándo van a entender? Y un
día, cuando oímos que están repitiendo frases como estas, nos damos cuenta que
aunque no lo pongan en práctica enseguida, ese cerebrito está grabando todo,
para aplicarlo a su debido momento. Por eso no debemos dejar de insistir e
insistir en mostrarles una y otra vez los verdaderos valores de la vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias // Merci.